Durante los últimos años hemos sido testigos de una verdadera revolución tecnológica que, en mayor o menor medida, ha cambiado la vida de todos. Poco a poco y, casi sin darnos cuenta, las TIC han cambiado nuestra forma de ver y entender el mundo, de desarrollarnos, aprender y, sobre todo, de comunicarnos. Para los jóvenes, este proceso se ha dado de manera muy natural, ya que han crecido a la par que se desarrollaban todos estos avances y los han asimilado de forma estructural, especialmente los late millennial y la generación Z, que nacieron ya en sociedades altamente digitalizadas.
Sin embargo, aunque es innegable que esta digitalización trae consigo muchos pros y muchos contras, y que, como he apuntado, la mayoría lo hemos asimilado fácilmente, es lógico que todavía haya grupos cuya adaptación no ha sido tan fluida como cabría esperar como, por ejemplo, los mayores de 65 años.
Mientras que el uso de internet en los jóvenes es casi absoluto (99,1%), según datos del INE, solo alrededor del 50% de las personas mayores de 65 años ha utilizado internet al menos una vez en los últimos meses. Aunque la cifra sigue siendo baja, es considerablemente más alta que la de 2013, año en el que solo el 21,9% de estas personas habían accedido a la red. Esta tendencia se muestra también en el uso de redes sociales, que son cada vez más usadas por los mayores, especialmente Facebook y Whatsapp.
Pero las nuevas tecnologías no son solo internet y redes sociales. Los avances tecnológicos han traído consigo útiles herramientas que hace la vida de los mayores más segura y fácil, como por ejemplo los sistemas de seguridad y salud o los teléfonos móviles. En la actualidad, el resto de los miembros de las familias están acostumbrados a estar hiperconectados y en contacto constante con sus familiares y amigos, por lo que muchas veces insisten en que los mayores adquieran un terminal móvil con el fin de que puedan usarlo para comunicarse o como recurso en caso de emergencia. En versión menos “personal”, encontramos los botones teleasistencia con los que la sanidad española cuenta desde hace años y de los que se pueden beneficiar los más mayores, especialmente si viven o pasan mucho tiempo solos.
Y es que son muchas las personas de la tercera edad que se enfrentan a la problemática de la soledad o la exclusión. En las nuevas tecnologías han encontrado un aliado que les permite mantener en contacto con los suyos, conocer a gente nueva, desarrollarse, aprender, mantenerse informados o encontrar formas de agilizar sus procesos cognitivos mediante distintas aplicaciones o juegos. Así, cada vez son más los mayores que deciden apuntarse a cursillos de informática que ofrecen las comunidades, ayuntamientos o centros de día.
Pese a esto, los mayores de 65 todavía deben enfrentarse a muchas barreras – y creencias- que les impiden acercarse a las nuevas tecnologías. Muchos consideran que la tecnología no tiene nada que ofrecerles y que tiene una alta dificultad de uso, por lo que no muestran interés ni dedican tiempo a aprender cómo funciona. Además, cabe destacar que hay muy poco contenido on-line dedicado a su segmento de edad, tanto en materia de entretenimiento como de información, comunicación y compra de productos.
Esto supone un importante problema si tenemos en cuenta que nos movemos hacia un mundo cada vez más digitalizado. En este sentido, debemos preguntarnos si es la tecnología la que no se adapta a nuestros mayores o viceversa. Recientemente, estamos siendo testigos de cómo muchas empresas, como por ejemplo los bancos o incluso el propio Estado, están digitalizando muchos procesos, sin pensar que todavía hay personas que no están preparadas para adaptarse a estos cambios, y que se sienten profundamente frustradas por ello. En cualquier caso, las empresas pierden oportunidades si no adaptan sus productos a grupos que cada vez están más dispuestos a probar cosas nuevas y cuya esperanza de vida es cada año mayor. Por su parte, aquellos que no están aprovechando al máximo todas las posibilidades que las TIC les ofrecen, no están beneficiándose de numerosas ventajas.
¿Están las nuevas tecnologías y los mayores de 65 años condenados a entenderse? Quizá, por ahora, todavía no. De aquí a unos pocos años, opino que sí, y aquellos que sepan ver las posibilidades de esta alianza conseguirán adelantarse y sacar lo mejor de ello.
Bibliografía
Instituto Nacional de Estadística www.ine.es
Rodella, F (2018). Las dos caras de la irrupción tecnológica en la vida de los mayores. El País. Disponible en https://elpais.com/tecnologia/2018/11/22/actualidad/1542887997_567254.html
Un perfil de las personas mayores en España 2019. Indicadores estadísticos básicos. Envejecimiento en red. 2019. Disponible en: http://envejecimiento.csic.es/documentos/documentos/enred-indicadoresbasicos2019.pdf
IAB Spain. Estudio Anual de Redes Sociales 2019.
38 respuestas de Redes sociales y consumidores de más de 65 años ¿condenados a entenderse?
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